jueves, 26 de enero de 2017

Reflexión "El tratamiento de los inconvenientes es ciertamente más delicado que el de las ventajas"

Esta afirmación es cierta, ya que el tratamiento de los inconvenientes es más delicado que el de las ventajas.


Esto se debe a que un inconveniente pesa más que una ventaja, ya que si un producto tiene por ejemplo tres ventajas y un inconveniente, y otro producto dos ventajas y ningún inconveniente; el segundo producto será mejor, ya que no tiene ninguna desventaja para el cliente.



El tratamiento de los inconvenientes se debe tratar de manera continua, ya que si un producto o servicio tiene algún inconveniente, lo más conveniente es intentar resolver el problema cuanto antes. Para esto, la opinión de los clientes nos puede ayudar a mejorarlo. 

También podemos minimizar las desventajas, añadiendo más ventajas al producto o servicio. Esto se puede hacer, y el cliente aunque se centre en esa desventaja, le podremos compensar con el mayor número de ventajas que tiene.

Por ejemplo, la comparación de dos ordenadores.

Un ordenador tiene mucha capacidad para guardar archivos, es rápido, tiene memoria, no es excesivamente caro, etc... es decir, son muchas ventajas las que le podemos atribuir. Pero tiene una desventaja, pesa mucho.  

Esto puede que al cliente no le guste, ya que si lo necesita para trabajar, llevar un ordenador pesado todo los días no sería factible para él.

Por lo que si otro ordenador cubre tus necesidades, pero no es tan potente como el anterior, y además tiene la ventaja de que pesa poco, el comprador se decantará por este. Ya que será más ágil con él y es lo que estaba buscando, es decir, que cubre sus necesidades.

En resumen, hay que saber tratar debidamente las desventajas para hacerlas desaparecer, o intentar aumentar o destacar las ventajas para minimizar los inconvenientes.



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